El Consejo de Ministros ha aprobado una nueva prórroga de los ERTES hasta el 28 de febrero del próximo año. Esta nueva ampliación ha puesto el foco en la formación de los trabajadores que se encuentran en esta situación. Además, esto supone mayores exoneraciones para las empresas.
El impacto de la pandemia ha sido brutal en todo el mundo. La mayoría de sectores han sufrido, o aún sufren, las consecuencias de la crisis sanitaria. Este es el motivo por el que el Gobierno estableció los ERTES excepcionales como un mecanismo de apoyo al empleo en las organizaciones nacionales.
Por esta razón, y siendo conscientes de la magnitud de la situación, se vuelve a ampliar el plazo de los Expedientes de Regulación del Empleo. No obstante, en esta última prórroga se han impuesto nuevos requisitos, entre los que destacan, los incentivos por acciones formativas para los empleados.
La importancia de la formación bonificada en la prórroga de los ERTES
La formación en el ámbito profesional es una cuestión que aparece frecuentemente en los debates ligados al futuro del mundo laboral. Sin embargo, en la práctica todavía queda como asignatura pendiente para un gran número de empresas en España.
Esta es una de las razones que ha propiciado que el Gobierno ponga este asunto en sobre la mesa a través de la prórroga de los ERTES. El poder ejecutivo ha aprobado las exoneraciones de las cuotas para las empresas que ofrezcan formación a sus trabajadores, así como incentivos para la formación bonificada.
Aquellas organizaciones que soliciten una nueva prórroga del ERTE y presenten un plan de formación, durante el periodo establecido, podrán recibir incentivos mayores en las cuotas, así como ayudas. Por lo tanto, la formación de los trabajadores en ERTE supondrá grandes ventajas económicas y es altamente recomendable.
De lo contrario, acogerse a un ERTE será mucho más costoso para las empresas. Además, de estar renunciando a mejorar los conocimientos de sus trabajadores y, en definitiva, potenciar el talento.
¿Qué empresas podrán beneficiarse de las exoneraciones en las cuotas?
Todas aquellas que soliciten a la autoridad competente, antes del día 15 de octubre, la prórroga de los ERTES relacionados con el COVID-19, por impedimento o por limitación de la actividad.
Por lo tanto, para aquellos que quieran continuar percibiendo la prestación a partir del 1 de noviembre, deberán presentar a la Autoridad Laboral una nueva solicitud antes de la fecha indicada. Posteriormente, tendrán que remitir una solicitud colectiva al SEPE.
¿Cuánto pueden ahorrar con las acciones formativas?
El ahorro a través de las ayudas relacionadas con la formación de los empleados es notable. Según indica el BOE, las empresas con 10 o más trabajadores pueden obtener un ahorro del 80% en el pago de las cotizaciones de la Seguridad Social de aquellos empleados en ERTE. Sin embargo, si no aprovechan esta opción, sus exoneraciones en las cuotas serán únicamente del 40%. Es decir, se reducen a la mitad.
En el caso de las compañías que cuenten con menos de 10 trabajadores sucede lo mismo. Si presentan un plan de formación, pueden conseguir el 80% de beneficio en la cotización. Pero si no lo hacen, la cifra se queda en el 50%.
Bonificaciones para la formación: cuantía, duración y tipo de estudios
La financiación de estas acciones corre a cargo del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) mediante una aportación extraordinaria. De esta forma, se incrementa el crédito disponible para la formación en las compañías que formen a sus trabajadores en ERTE:
- Empresas de 1 a 9 trabajadores: 425 euros por persona.
- Organizaciones de 10 a 49 trabajadores: 400 euros por persona.
- Compañías de más de 50 empleados: 320 euros por persona.
Por otra parte, en la última prórroga de los ERTES se ha establecido que las acciones formativas deben tener una duración mínima según el número de empleados de la compañía:
- Empresas de 10 a 49 trabajadores: 30 horas de formación por persona.
- Empresas de más de 50 empleados: 40 horas de formación por persona.
El plazo para realizar la formación se extiende hasta el 30 de junio de 2022. Y, en cuanto a la temática de los cursos, es recomendable que estén relacionadas con las necesidades de la compañía, pero no es un requisito obligatorio. Por este motivo, se priorizarán estas y aquellas relacionadas con las competencias digitales y la empleabilidad.
Una mirada hacia el futuro: reforma laboral
En este momento, la formación para trabajadores en situación de ERTE es opcional, pero sin duda, no realizarla, significa tener un mayor coste y no aprovechar las exenciones a la Seguridad Social. Además, es muy beneficiosa tanto para la compañía como para su plantilla.
Sin embargo, algunos representantes del Gobierno han anticipado que se está trabajando para la aprobación de la reforma laboral y, con ella, la obligatoriedad de la formación para poder solicitar un Expediente de Regulación Temporal.
Ciertamente, por el momento no hay más datos del modo de financiación o los posibles descuentos en las cuotas. Sin embargo, lo que está claro es que nos dirigimos hacia un modelo que pone la formación en valor dentro de las organizaciones.
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