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Gestión de horas laborales, aumentar la productividad

La jornada laboral en España está regulada en el Estatuto de los trabajadores. Aunque desde hace varias décadas España forma parte de la UE, las horas laborales de cada trabajador en España no son iguales a las de los trabajadores de otros países. Y no solo las horas trabajadas al año difieren sino también la asignación de días libres anuales, así como el horario preferente de trabajo.

Es curioso comprobar estas diferencias y más aún si se comparan con la productividad. Los datos objetivos apuntan a que el mundo de la empresa en España necesita personal cualificado y directivos implicados para hacer un cambio profundo que permita una mayor productividad sin que esto implique una precarización de las condiciones de los asalariados.

De hecho, la racionalización de los horarios es una de las principales preocupaciones de los trabajadores para conciliar vida personal y laboral. Tanto si se hacen turnos de trabajo, si se trabaja media jornada laboral o a jornada completa. Y para hacer un cambio en positivo se mira hacia otros países que ya han avanzado más en este aspecto.

Horas laborales anuales, grandes diferencias entre países

En España las horas laborales trabajadas anualmente por un trabajador a jornada completa son 1.691 horas. Las horas laborales anuales del trabajador en España son claramente superiores a las de un trabajador en Alemania, Holanda, Noruega, Dinamarca, Francia o Reino Unido, países en los que también la productividad es mayor que en España.

¿Es una casualidad? No, entre los países que más horas laborales dedican al año, no están precisamente los más productivos a nivel mundial. En lugares como México, Costa Rica y Grecia se trabaja un mayor número de horas laborales (por encima de las 2.000 horas trabajadas al año) y no son más productivos.

Trabajar más no implica mayor productividad. Pero al margen de otras muchas cuestiones relacionadas con la productividad, la planificación de horarios de trabajo sí influyen en esta.

Medidas para aumentar la productividad del trabajador

Eliminar las jornadas partidas

España es el país de la UE en el que las jornadas son más largas. Es decir, el tiempo entre que termina una jornada y la siguiente es más breve. La popularidad de la jornada partida y el largo tiempo entre el trabajo de mañana y el de tarde hacen que esta termine muy tarde. Las horas laborales serán ocho para un trabajador a tiempo completo, para las horas de descanso real y efectivo que le quedan cada día no son 16, ya que a menudo entre el trabajo de mañana y el de tarde hay dos o tres horas perdidas.

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En España las horas laborales trabajadas anualmente por un trabajador a jornada completa son 1.691 horas

Estas son horas que no computan como horas laborales pero el trabajador realmente no puede disponer de ellas libremente para conciliar su vida personal y laboral. Especialmente en las grandes ciudades, donde no puede alejarse mucho de su lugar de trabajo para ir a casa porque ocuparía el tiempo en traslados, pero tampoco puede aprovecharlo en la mayor parte de los casos para cuestiones personales o familiares de su interés.

La jornada partida no aumenta las horas laborales pero sí las horas que el trabajador debe estar ocupado. El largo parón  del mediodía aumenta su cansancio, empeorando la productividad durante el trabajo de tarde. Y su estrés acumulado durante la semana le hace más proclive al agotamiento y a los errores.

Aumentar el tiempo de descanso semanal

El descanso semanal ínfluye tanto en la conciliación de la vida laboral y personal como en la productividad en la empresa. Aumentar el tiempo de descanso semanal es una medida fácil de implementar y muy positiva para ambas cuestiones. Todo ello sin perjuicio de las horas laborales trabajadas.

La jornada laboral en España, de media, termina muy tarde. Pero ya muchas empresas acortan esta el último día laborable de la semana, para propiciar un descanso semanal más largo. ¿Cómo lo consiguen? Generalmente, o bien reduciendo al mínimo el tiempo de descanso de las jornadas partidas, o bien aumentando ligeramente la duración de la jornada laboral diaria de los demás días laborables en beneficio del último día laborable.

¿Un ejemplo para un trabajador a jornada completa?

Trabajar de lunes a jueves 8,5 o 9 horas para el viernes trabajar 6 o 4 horas solamente, saliendo así antes del trabajo y disponiendo de un descanso semanal más largo.

Este mayor tiempo de descanso y desconexión implica que el trabajador está menos estresado, ha tenido tiempo para dedicarse a sus asuntos o intereses. O, sencillamente, para el puro descanso. Y esto hace que el regreso a una nueva semana laboral lo haga más fresco y más activo, lo que se traduce en una mayor productividad por su parte.

Además, el poder disfrutar de un descanso semanal más largo suele implicar otros cambios positivos. Entre ellos, una mayor implicación del trabajador con la empresa, pues valora que esta atienda a su necesidad de conciliación y la facilite.

Como ves, las horas laborales no son determinantes para la productividad de un trabajador, una empresa o un país. Un buen diseño del horario laboral es una de las medidas más sencillas que pueden tomarse desde la empresa para mejorar la productividad y, al tiempo, la implicación con la misma de su plantilla. Uniendo estos cambios a otras medidas más profundas en relación a otros aspectos de la actividad empresarial, se puede lograr una enorme mejora en la productividad de una empresa.