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Fatiga laboral, síntomas y prevención

La fatiga laboral es un problema creciente. Esta mezcla de fatiga mental y agotamiento físico supone un grave problema de salud y debilita el rendimiento laboral de quien lo sufre. Por ello tanto la empresa como el propio trabajador deben conocer cómo prevenir su aparición.

¿Qué es la fatiga laboral?

La fatiga laboral se define como una sensación de agotamiento que se experimenta después de un trabajo físico o intelectual asociado al puesto de trabajo, prolongado o intenso y que consiste en un cansancio extremo tanto a nivel físico como mental.

Cuando esta persiste en el tiempo puede llegar a transformarse en fatiga crónica.

Hay que diferenciar la fatiga laboral de los síntomas de cansancio consustanciales a una actividad física o mental relevante. Cuando estos son más intensos, difíciles de superar y reducen tanto la calidad de vida de la persona como sus capacidades para afrontar al siguiente jornada de trabajo se denomina fatiga laboral. Esta a menudo se asocia con el estrés laboral. Es importante conocer los síntomas de este mal para poder actuar en consecuencia de manera inmediata. El fin es remediarlo con prontitud. Pero más importante aún es conocer cómo prevenir su aparición. Y sobre todo reconocer los tipos de estrés laboral más relevantes.

Síntomas de fatiga mental

Existen tres grupos de síntomas propios de este tipo de fatiga.

  • Fisiológicos:  son aquellos perceptibles y medibles físicamente. Entre ellos el aumento de la frecuencia cardíaca. Y el incremento de la actividad eléctrica muscular.
  • Conductuales: se perciben principalmente cuando disminuye el rendimiento habitual del trabajador por una disminución transitoria de sus capacidades. La fatiga mental suele suponer una pérdida de capacidad de concentración que a su vez se manifiesta en cuestiones como un aumento de los errores en la realización de un trabajo.
  • Psicofísicos: se manifiestan principalmente en el aumento de la sensación de agotamiento y la aparición del deterioro sensorial.  Esta es más leve o más grave en función de cuestiones como  la intensidad y la duración del estado de fatiga.

Cómo prevenir la fatiga laboral

La prevención de esta problemática debe abordarse por dos vías. Por un lado es el propio trabajador el que debe cuidar de su salud y bienestar tomando determinadas medidas de prevención. Y, por otro, la empresa también tiene una responsabilidad y dentro de sus planes de prevención de salud laboral y para evitar el aumento de los riesgos laborales, afrontar acciones para evitar la aparición de esta problemática.

Medidas de autoprevención de la fatiga laboral

  • Buena organización de la jornada laboral. Algo tan sencillo como saber priorizar, diferenciar lo urgente de lo importante o afrontar al inicio de la jornada aquellas tareas que requieren una mayor atención y concentración son claves para prevenir la aparición temprana de la fatiga mental.
  • Utilizar herramientas que permitan una disminución del esfuerzo mental. Entre ellas las necesarias para registrar las tareas a realizar en los lazos adecuados como listas, agendas o plannings de trabajo. De este modo se evita el esfuerzo de tener que recordar de memoria estas cuestiones.
  • Realizar breves pausas durante la jornada laboral para un descanso mental eficiente. Estos escasos minutos de descanso supondrán un mejor aprovechamiento del trabajo. Por tanto no son tiempo perdido. Y ayudan a evitar la aparición de fatiga mental.

En estas pausas cortas es recomendable estirar y relajar la musculatura, pues a menudo el dolor muscular acelera la aparición de otros síntomas de agotamiento. Los ejercicios de gimnasia visual ayudan a los trabajadores que permanecen mucho tiempo frente a pantallas o a aquellos que deben hacer un gran esfuerzo visual. Por ejemplo, con el manejo de pequeñas piezas.

Medidas para prevenir la fatiga mental a tomar por parte de la empresa

Facilitar un área de relax o descanso para las pausas laborales o el descanso de media jornada. Estos breves minutos de desconexión permiten despejar la mente y relajar el cuerpo. Así se favorece la mayor concentración durante el resto de la jornada. A su vez, se disminuyen los errores cometidos por esta problemática. Esto es especialmente importante para los puestos laborales de jornada partida, en los que el descanso a media jornada es más largo y a menudo incluye el tiempo para la comida. Ofrecer una oportunidad de descanso real en esta y no de permanencia en un lugar no acondicionado facilita el prevenir la fatiga laboral mental.

  • Tomar medidas de salud ergonómica. Esto permite una postura adecuada durante la jornada laboral con la consecuente disminución de dolores, molestias y cansancio físico que persistentes en el tiempo causan a su vez despistes, falta de concentración y fatiga laboral.
  • Mejora de las condiciones de trabajo. Proporcionar las herramientas adecuadas para mejorar la eficiencia en las tareas laborales y para optimizar el esfuerzo de los trabajadores es responsabilidad de la empresa.

Su influencia para prevenir la fatiga laboral y facilitar la consecución de tareas bien hechas es muy relevante. Algunas solo dependen de una buena organización laboral. En otros casos será necesaria una inversión que se rentabilizará claramente a medio y a largo plazo. La fatiga mental, física o psicofísica son problemas que afecta al trabajador afectando a su salud y disminuyendo su bienestar. Pero es una cuestión que también tiene consecuencias para la empresa por la disminución de la eficiencia en el trabajo  y porque cuando se mantiene en el tiempo puede suponer bajas por estrés y fatiga laboral. Por ello desde ambas partes se deben tomar medidas de prevención efectivas que eviten su aparición.