¿Dedicas más de 45 horas semanales a tu trabajo? ¿Realizas tareas laborales en tu tiempo de descanso? ¿No poder acudir a tu puesto te genera ansiedad o irritabilidad? Si tus respuestas son afirmativas, puede que seas workaholics, que traducido al castellano significa adicto al trabajo.
Para la mayoría de la población activa esto puede resultar extraño, incluso en aquellos casos que existe una marcada vocación. Sin embargo, diferentes estudios afirman que en España hay aproximadamente entre un 8% y un 10% de workaholics.
Lo que significa que una parte de la población trabajadora dedica gran parte de su tiempo y su energía de forma compulsiva en su empleo. Una situación que no es saludable y conlleva riesgos físicos y psicológicos.
¿Cómo detectar que una persona es workaholics?
La adicción al trabajo en países como Japón es una realidad que afecta a cerca de 10.000 trabajadores al año. Se trata de un problema nacional ante el cual el Gobierno ha tenido que tomar medidas legales para proteger a su población.
Aunque pueda parecer una situación lejana, en nuestro país existen personas que sufren esta patología. No obstante, el diagnóstico suele llegar de la mano de otros problemas como la fatiga crónica o la depresión.
Por ello, es importante prestar atención a los síntomas más habituales para poder identificarlo antes de que se convierta en crónico y desarrolle otras consecuencias a causa de esto. Algunos de ellos pueden ser los siguientes:
- Trabajar de forma compulsiva.
- Incapacidad para desconectar del trabajo.
- Priorizar la vida profesional sobre el resto de ámbitos.
- Evitar tomarse vacaciones o días de descanso.
- Altos niveles de exigencia.
- Llevarse el trabajo a casa aunque no haya necesidad.
- Desinterés por otras actividades que no tengan que ver con el entorno laboral.
Causas del workaholics
Seguramente te estés preguntando cómo una persona puede llegar a convertirse en adicta al trabajo. No existe una respuesta única para todos los casos, cada uno puede estar influenciado por motivos emocionales, económicos, físicos,…
Por ejemplo, algunos trabajadores tienen una gran ambición monetaria y de poder. Por otra parte, también puede suceder que sean incapaces de delegar tareas en los subordinados por desconfianza.
Asimismo, la falta de organización en la empresa puede ser otro de los detonantes del workaholics. De igual modo, huir de otros problemas puede ser la causa que genere que un individuo sobre-trabaje.
No obstante, los perfiles más propensos a sufrir esta patología son los altos cargos con grandes responsabilidades y los freelances.
Consecuencias de la adicción al trabajo
Todas las cuestiones anteriores pueden desembocar en problemas físicos o psicológicos. Uno de los más frecuentes es el estrés, que a su vez puede convertirse en el síndrome del trabajador quemado (o síndrome Burnout). Igualmente, la depresión o la ansiedad pueden surgir de la adicción al trabajo.
Por otra parte, el exceso de trabajo podría ocasionar dolores en la espalda y en la cabeza sobre todo. Así como enfermedades cardiovasculares derivadas de la presión que sienten por la exigencia y la insatisfacción.
Al mismo tiempo, estas personas son más propensas al abuso de sustancias para mantenerse activos o, por el contrario, para poder conciliar el sueño. Igualmente, suelen desarrollar problemas de ámbito personal consecuencia de su desapego de las actividades no laborales.
Prevención y tratamiento
La prevención es la mejor solución contra las patologías derivadas del trabajo. Por ello, dentro de las empresas es imprescindible contar con profesionales expertos en PRL dentro de los recursos humanos.
De esta forma, el bienestar de los empleados cuenta con una protección frente a los problemas. Los trabajadores tienen el apoyo real de la organización y pueden optimizarse los procesos para conseguir las mejores condiciones para todas las partes.
Para ello, nosotros te invitamos a cursar nuestro Máster en Prevención de Riesgos Laborales donde podrás aprender mucho más sobre esta cuestión. Logrando ser una pieza clave dentro del negocio y la satisfacción de los trabajadores.
No obstante, si el problema ya está presente es crucial que tanto los compañeros como los superiores y la familia sepa percatarse de ello. De esta forma, podrá acudir a profesionales para tratar de mitigar los efectos y volver a una situación de bienestar.