ventana de johari

Descubre cómo mirar a través de la Ventana de Johari

¡Aplica la ventana de Johari en el marketing de tu negocio! Esta herramienta de la psicología cognitiva se basa en el autoconocimiento. Si sabes cómo utilizarla podrás comprender el flujo de la información y cómo esta afecta a las personas implicadas.

Al utilizarla en una empresa pasa a ser una valiosa herramienta de análisis. Si no has estudiado psicología o comunicación es normal que nunca hayas oído hablar de ella. Pero mantengamos la calma, a partir de hoy lo sabrás todo sobre la ventana de Johari y lo mejor…podrás usarla para mejorar tu negocio.  

¿Quién es Johari?

Aunque es un dato poco relevante, Johari hace honor al nombre de sus creadores. Los dos psicólogos  Joseph Luft y Harry Ingham jugaron con sus iniciales para nombrar a su ventana.

Ambos psicólogos pretendían que mediante el autoanálisis, pudiésemos conocernos mejor. No obstante, no es una herramienta para utilizar únicamente en el ámbito personal. Su gran ventaja es que puede extrapolarse también a las empresas.

Realizando el análisis de la ventana de Johari las compañías podrán realizar dinámicas de grupo. De este modo, podrán mejoren la comunicación y el desempeño de los trabajadores en la empresa.

¿Preparado para conocerte?  ¡Abre la ventana!

Los cuadros de la Ventana de Johari

En primer lugar, imagina una ventana. Está dividida en cuatro partes iguales. Ahora debes saber que cada cuadrante tendrá su propio nombre: C1 (área pública), C2 (área ciega), C3 (área oculta) y C4 (área desconocida). Veamos qué sucede en cada una de ellas: 

  • Cuadrante 1 / Área abierta-pública: En esta primera zona encontramos la información que todo el mundo conoce, tanto nosotros como el resto de personas que nos rodean. Se incluye, por ejemplo, las experiencias que contamos abiertamente.
  • Cuadrante 2 / Área ciega: En esta área  se engloban los datos que nosotros desconocemos pero otros sí conocen. Podríamos hablar de un secreto que nos afecta o un rasgo de nuestra personalidad que otras personas ven en nuestra persona, pero nosotros no reconocemos.  En este sentido, quienes sí conocen la información estarían en el cuadrante 3 respecto a nosotros.
  • Cuadrante 3 / Área oculta: La tercera área es el espacio donde tú sabes algo que el resto desconoce. En este sentido, el resto de personas se encontrarían en el cuadrante 2 porque no conocen cierta información. Un ejemplo podría ser una emoción que no transmitimos a nadie más. Aunque somos conscientes de ella y la sentimos, el resto queda al margen.
  • Cuadrante 4 / Área desconocida: Nadie sabe nada. Sería el equivalente inverso al primer cuadrante. Todas las personas se encuentran en un mismo nivel de conocimiento.
Con la ventana de Johari podemos llegar a mejorar el planteamiento de las estrategias de marketing, si estamos en el escenario en el que conocemos a los clientes y competidores.

¿Cómo utilizar la ventana de Johari en el marketing empresarial?

En el ámbito empresarial, la ventana de Johari puede aportarnos una visión detallada de nuestra posición respecto a los clientes, u otros agentes, y viceversa.

De forma resumida, en el área pública tanto el cliente como la empresa disponen de la misma información. Es la situación ideal, pero en muchas ocasiones se torna como una utopía. Esto se debe a que ambas partes están en constante cambio y mantener una actualización continua supondría un esfuerzo enorme.

El cuadrante C2 es el peor en el que puede situarse la empresa. Esta desconocerá la situación del mercado, de los clientes o de la competencia. El trabajo de las organizaciones es reducirlo al máximo. Así pues el objetivo es saber la máxima información de lo que nos rodea para satisfacer las necesidades y superar los retos.

En el caso contrario, el área oculta favorece a la empresa. La compañía conoce datos sobre los clientes o los competidores que juegan a su favor. Planteando de forma correcta las estrategias de marketing podríamos acércanos al C1.

Por último, el C4 es el área que hay que evitar a toda costa. Si no saben quiénes somos, qué hacemos o dónde encontrarnos; no tenemos nada. El negocio carece de sentido. Pero a la vez, si nuestra empresa tampoco sabe nada sobre sus clientes, ¿qué les ofrecerá?

¡Huid del C4! Es como las arenas movedizas, te irá adsorbiendo y ya no podrás regresar al C1.