LA TOMA DE DECISIONES EN COMERCIO INTERNACIONAL

En los actuales mercados en expansión, es imprescindible que las empresas cuenten con profesionales especializados en Relaciones Internacionales y Comercio Exterior. Para hacer frente a la creciente globalización del Comercio Internacional, es necesario integrar muchos conocimientos de distinta naturaleza.

A través de esta formación el alumno podrá conocer los distintos elementos necesarios para un óptimo desarrollo del comercio internacional, y de una comercialización de los productos efectiva, contratación, transporte. Asimismo el régimen aduanero que mejor se adapte a las características de sus operaciones comerciales con el exterior. De este modo, se facilita el alcance de una organización logística más eficaz y eficiente.

En cualquier proceso empresarial, es necesario disponer de información clara, actualizada y veraz para realizar una buena toma de decisiones. Tomar decisiones supone escoger una opción de entre otras disponibles, teniendo la certeza de que esa es la más conveniente. Esta decisión se realiza a partir de un fundamento de datos y recursos recopilados.

Tomar una decisión puede significar cambiar de situación, afectando los resultados futuros. Debe aportar algún cambio entre la situación anterior y posterior a la decisión.

Si la decisión tomada es la correcta, la nueva situación de la empresa, crea riqueza. En el ámbito de la exportación, dar con la decisión correcta puede suponer la internacionalización una empresa. También puede significar ganar cuota de mercado, ampliar las posibilidades de evolución, y en periodos de crisis económica, una salida.

Para el crecimiento de una empresa, es necesaria una correcta toma de decisiones. Cuando la situación actual de una organización no coincide con la deseada, una buena decisión puede redireccionar a la empresa.

Puede que una sola decisión no elimine un problema instantáneamente, pero una buena decisión tras otra, aseguran el buen rendimiento. La resolución de un problema puede estar detrás de varias decisiones buenas a lo largo del tiempo.

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Cambiar de situación, puede que no sea tan sencillo como parece. Puede que a pesar de que se desee, resulta casi imposible para la empresa. Pueden existir factores que impidan solventar un problema, y la empresa prefiera mantenerse en una situación de seguridad y comodidad.

Cabe destacar que, alcanzar la situación deseada no tiene por qué ir asociada a una situación más cómoda. Es por eso por lo que son muchas las empresas que anhelan formar parte del comercio internacional pero no llegan.

Es cierto que en ocasiones, el propio mercado globalizado empuja a que la empresa tenga que buscar nuevos clientes más allá de las fronteras. Otras veces, es la situación económica de la organización o del mercado del país lo que obliga al comercio exterior de la empresa.

Por tanto, se podría decir que, los momentos de crisis propician a que empresas se lancen al comercio internacional.

Cuando la organización recoge varias alternativas para enfrentar el problema, las debe comparar y analizar las ventajas y desventajas de cada una. El siguiente paso es escoger la más adecuada a la situación del mercado y de la empresa e implantarla. Para ello, hay que contar con los recursos necesarios para su implantación.

Uno de los factores a tener en cuenta es el capital humano y la implicación del personal de la organización. La predisposición y la correcta comunicación ayudarán a la empresa en el caso de que quiera saltar al comercio internacional.

Por último, es necesario realizar una evaluación sobre la decisión tomada para conocer si su resultado ha sido positivo. Cabe destacar que los resultados no son instantáneos, sino que requieren un proceso de adaptación. Además, la idea del comercio exterior aporta resultados a medio y largo plazo.

Las nuevas tecnologías en el comercio internacional

Actualmente, las empresas de comercio exterior, necesitan automatizar procesos para ahorrar tiempo y llevar un ágil sistema de información. Y, no cabe duda de que a mayor tamaño de la empresa, mayor necesidad de una estrategia organizativa.

En el mundo empresarial ya se han implantado las nuevas tecnologías para optimizar el rendimiento de la empresa. La multitud de herramientas tecnológicas que inundan el mercado conlleva tener que estar actualizado y al tanto de posibles mejoras.

Las nuevas tecnologías junto a Internet, permiten conocer los principales métodos del Business Intelligence. Además, empuja a pensar en una forma digital, y por tanto mejorar la calidad en la atención al cliente. Esto supone la reducción de costes e integrar toda la empresa hacia un comercio exterior de rendimiento.

El hecho de tener una página web, redes sociales y capuzarse en el mundo digital, la empresa se viste de una filosofía moderna e innovadora. Hecho que permite recaudar muchos clientes y poder conocerlos mejor para descubrir sus necesidades. Sin duda, las TICs renuevan las vías de comunicación entre marca y empresa, y abren las puertas al comercio exterior.

Con una base de conocimientos tecnológicos, la empresa mejora su promoción tanto en el comercio nacional como en comercio internacional. Internet ha  revolucionado la industria a nivel social, cultural y profesional, permitiendo ampliar el mercado en el comercio internacional.

Una importante aportación de las nuevas tecnologías en el comercio exterior es la relación empresa-cliente, impensable hasta hace poco. Transmitir la imagen y la filosofía de la empresa a cualquier parte del mundo aumenta la competitividad y el posicionamiento.

Otro aspecto relevante son las nuevas formas de comercializar los productos y servicios de la empresa. Se ha creado un nuevo marco de relaciones y una nueva economía que ha podido atender a nuevos nichos de mercado.

Modelos del comercio exterior para la toma de decisiones

Todas las decisiones que pueda tomar una empresa no tienen por qué necesitar un modelo, pero sí partir del raciocinio.

Tomar decisiones en una empresa puede supone enfrentarse a problemas de gran magnitud. Es por eso que muchas empresas exigen sistemas de decisión que puedan asegurar la mejor toma de decisión.

Estos modelos determinan los elementos que se deben tener en cuenta en función de la situación. Actúan como mapas aclarativos que aportan una mayor comprensión de la situación y proyectan con nitidez la situación.

Los modelos se pueden clasificar de dos formas: modelos estáticos y modelos dinámicos. El primer modelo no hace uso del tiempo como una variable a la hora de poner en marcha la estrategia. El segundo modelo sí que toma el tiempo como factor importante de la actuación, que determina los momentos de acción.

Tipos de decisiones en el comercio internacional

En el comercio exterior, no todas las decisiones que se toman tienen la misma relevancia, ni son igual de decisivas. Por tanto, podemos decir que las decisiones pueden ser clasificables.

En primer lugar, encontramos las decisiones tácticas, que equivalen a respuestas a corto y medio plazo. Permiten volver hacia atrás para establecer una idea que aporte mayor efectividad. Se basan en unir los recursos disponibles a cada tarea para alcanzar los objetivos planteados. Este método permite evitar errores en la toma de decisiones y que no se conviertan en un problema mayor.

En segundo lugar, están las decisiones estratégicas, que son las que suelen ser tomadas por la alta dirección. Esto es así porque repercuten en gran manera a toda la empresa en sí y en relación al mercado, clientes y resto de operadores. Estas decisiones suelen verse a largo plazo, y se adelantan a futuros infortunios. De hecho, exigen un alto grado de compromiso, y son difícilmente reconducibles, por lo que pueden hipotecar en el fracaso o el éxito a la empresa.

Abrir mercado al comercio internacional es una decisión que necesita una correcta inversión en activos para adecuar a la empresa. No precisa las mismas decisiones que el mercado nacional, sino que se necesita preparar al personal para afrontar nuevos retos.

También están las decisiones operativas, que están relacionadas con el funcionamiento diario de la empresa. Suelen ser repetitivas y automáticas, y además, se dispone de la información necesaria para su ejercicio. Incluso, resulta poco complicado el proyectar los resultados del análisis de la situación tras la toma de la decisión.