Estatuto del becario

Estatuto del becario: posibles novedades

Prácticas sin remuneración, jornadas excesivas, exigencias abusivas,… Seguro que en alguna ocasión has conocido a alguien con una mala experiencia siendo becario y, si no, es que eres tú quien la ha sufrido.

Lamentablemente, todavía existen empresas que se aprovechan de la ilusión y la falta de experiencia de los más jóvenes. Pero el estatuto del becario está a punto de llegar para solucionar esta problemática tan extendida.

En este contexto, los sindicatos mayoritarios de nuestro país, CC.OO. y UGT, respaldan el borrador del estatuto del becario. Un documento que, sin duda, es necesario para proteger los derechos de este colectivo cada vez más “castigado” por las empresas.

Becarios: una especie cada vez más extendida

El término becario hace referencia a estudiantes o graduados que realizan prácticas en empresas. El objetivo de estas es conocer el sector de primera mano, extrapolando su aprendizaje teórico al mundo laboral real. En definitiva, completando su formación en su ámbito profesional.

En este sentido, existen dos tipologías de prácticas: académicas y no laborales. Las primeras son aquellas que requieren de un convenio con el centro de estudios y la empresa para que tengan validez. Mientras que las segundas están destinadas a titulados con poca o ninguna experiencia que desean mejorar su empleabilidad.

Prácticas académicas

Las prácticas académicas pueden ser de dos tipologías: curriculares y extracurriculares. Como hemos mencionado, es necesario que el centro de estudios suscriba un convenio con la organización donde van a ejercer el becario.

En este sentido, se trata de una actividad de naturaleza formativa para complementar los conocimientos teóricos adquiridos previamente. Al hilo de esta cuestión, no habrá “obligaciones propias de una relación laboral” como indica el Real Decreto que las regula. Es decir, un becario no puede sustituir a un trabajador en sus funciones.

Por otra parte, las prácticas curriculares son aquellas que forman parte del plan de estudios. Por lo tanto, son obligatorias para superar el programa académico. Adicionalmente, los estudiantes pueden realizar prácticas extracurriculares de forma voluntaria que no tendrán repercusión en su plan de estudios.

Prácticas no laborales

Las prácticas no laborales se formalizan entre una empresa y jóvenes desempleados menores de 25 años. Estos deben tener poca o ninguna experiencia profesional y disponer de una titulación oficial. De esta forma, aumentan sus posibilidades de inserción laboral.

La duración de las prácticas no puede ser inferior a tres meses ni superior a nueve meses. Estarán tutorizadas y los becarios recibirán una ayuda económica de, al menos, el 80% del IPREM mensual vigente en cada momento. En diciembre de 2022, el IPREM mensual es de 579,02€.

Estatuto del becario regulación
En España se prevé que a comienzos del año 2023 esté vigente el estatuto del becario.

Estatuto del becario: una regulación necesaria

Las prácticas académicas externas están reguladas por el Real Decreto 592/2014. Mientras que el marco legislativo para las prácticas no laborales es mucho más amplio. Algunas de las normas que las rigen son el Real Decreto 1543/2011 y el Real Decreto 694/2017.

No obstante, desde la entrada en vigor del Real Decreto-Ley 32/2021 se estipuló un plazo máximo de seis meses para abordar el estatuto del becario. En este contexto, se espera que este documento esté listo próximamente, idealmente a comienzos del 2023.

En el futuro estatuto del becario están negociando tres partes: sindicatos, patronal y Ministerio de Trabajo. De esta forma, se pretende incorporar algunas novedades como las siguientes:

  • Derecho a vacaciones.
  • No podrán trabajar por turnos ni por la noche.
  • Compensación de gastos mínimos.
  • No exceder el 20% del total de la plantilla.
  • Igualdad de condiciones en el acceso a servicios
  • Tutorización de sus prácticas.
  • Eliminación de las prácticas extracurriculares.
  • Subvenciones a las empresas.
  • Alta de los becarios en la Seguridad Social.

Estas son las principales demandas de las tres entidades que están gestionando el estatuto del becario. Sin embargo, otras instituciones echan de menos otras reivindicaciones como una remuneración por el servicio prestado por los becarios, por ejemplo.

La necesidad de un estatuto del becario

Según datos que el Ministerio de Trabajo ha facilitado a Newtral.es, en los años comprendidos entre 2018 y 2022 se han detectado más de 4.800 falsos becarios. Esto se traduce en multas a las empresas que han alcanzado los 15 millones de euros de recaudación.

En este contexto, las empresas carecen de limitaciones para realizar acuerdos con unas condiciones cuestionables. Por ejemplo, poca o ninguna remuneración, turnos de trabajo infinitos, exceso de tareas,…

Consecuencia de unas normas anticuadas, los becarios sufren en la actualidad situaciones de precariedad. Lo cual perjudica directa o indirectamente a la población en general, ya que los jóvenes tienen mayores dificultades para desarrollarse de forma independiente.

Así pues, las empresas tienen una gran responsabilidad dentro de este paradigma. En primer lugar, deben adoptar una conducta ética y responsable. Esto se traduce en cuidar a los becarios y recurrir a los contratos de prácticas cumpliendo con su cometido.

Partiendo de este paradigma ideal, las compañías deben poner en valor a los jóvenes quienes pueden ser el futuro de sus organizaciones. De este modo, estarán trabajando en las siguientes generaciones desde el punto de vista particular de la empresa y para la sociedad.

Por este motivo, dentro de las organizaciones, el departamento de recursos humanos ocupa un papel protagonista. Su labor reside en velar por los derechos de este colectivo, garantizando su bienestar a través de unas condiciones justas.

Para ello, deben contar con una formación especializada en esta área como nuestro Máster en Recursos Humanos. De este modo, conocerán la legislación vigente, las herramientas de selección, las metodologías para la motivación,…Es decir, todo lo necesario para conseguir un clima laboral positivo.